jueves, 3 de julio de 2008

Un minuto de silencio.

Este día tengo que decir adiós a este dolor
que tantos años padecí por un falso amor.
La sangre nueva fluirá por mis venas
que lucharon porque no me desahogara con ellas.


Ya puedo comprender lo que me perdía
cuando en mis brazos hipócritamente te tenía.
Eras tú en realidad un espacio que eclipsaba
la brillante luz que dentro de mí habitaba.

¡Cuántas horas por tu culpa arrojé a la basura!
¡Cuánto tiempo mis manos tuvieron tu cintura,
tus piernas, tus pechos, sin que tu me amaras,
y que sólo con mi corazón y mi presencia jugaras.

El día en su totalidad es fúnebre y gris,
pero para mi éste es un día sumamente feliz
pues de tu vida al fin estaré desconectado
para que alegre te vayas con tus seres queridos.

Afortunadamente hoy me despido.
Ten por seguro que jamás te volveré a ver.
Ten por seguro que no volverás a saber
absolutamente nada de mi ser.

Una rosa iré a dejar a tu nuevo dulce hogar
cada que sea el aniversario de tu despedida,
nuestra despedida, sólo para hacerte recordar
que algún día fuiste tu mi flor muy querida.

Así que pido un pequeño minuto de silencio
para que la dama que ya no está presente
se pueda enterar que en mi vida no deja un vacio,
al contrario, la ha vuelto a llenar bastantemente.




® ™ ©




Algo ligeramente oscuro. Si, nomás poquito. Palabra.Saludos del funesto DeMENTE.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta muy profundo tu poema... espero que si es real lo que escribiste te recuperes pronto.

friochacal dijo...

¡Palabra!.............Placer compartir letras.

Siempre un halago leerte...Entré por chusma y ¡Que sorpresa!

Mis respetos

Gonzalo